Faemino contaba a Cansado, ambos formaron una de las parejas más surrealistas de la escena cómica de los 80-90’s en España, que una vez fue a la consulta de un dentista y el doctor le encontró cien mil millones de pesetas en calderilla en una funda dental. Con ese dinero compró el Prado y puso a la venta los cuadros por 20 euros. No parecía, en principio, un negocio muy rentable.
Sabíamos por experiencia que los espacios interdentales pueden ser molestos cuando albergan cuerpos extraños, pero nunca hubiéramos pensado que esos recovecos insondables, a veces inaccesibles, fuesen un espacio de oportunidades.
El 24 de octubre de 2021 quedamos con Alejandro de la plataforma Madrid Borde Sur a dar una vuelta por el barrio de San Cristóbal de Villaverde. Nos iba a guiar por otros espacios inaccesibles, a veces por las barreras físicas, otras por la suciedad, varias por el miedo a transitar: Los espacios interbloques.
Borde Sur lleva 2 años impulsando el proyecto “ Más que espacios”, una iniciativa que con la ayuda de la Universidad Rey Juan Carlos, busca activar los espacios interbloques del barrio a través de actuaciones urbanas participativas.
Visitamos 6 no lugares que se encontraban en un limbo legal. La titularidad de los solares estaba en el aire, no se sabía si eran propiedad del Ayuntamiento o de la comunidad de vecinos de los edificios próximos. Entre tanto, el solar sin barrer.
Parte del trabajo de Borde Sur ha consistido en recoger las demandas y sueños vecinales sobre esos espacios. En dos de ellos, la vecindad anhela espacios ajardinados.
Mientras caminábamos hacia uno de los espacios interbloques desnudos, nos preguntábamos que pasaría si al girar nos encontrásemos con un ZASS: Una pradera de flora silvestres de tonos rojizos, amarillos y violáceos .
Sería una acción sencilla. ¿ Más osada que comprarse el Prado? Quizás, pero más económica y mucho más divertida e iconoclasta